El Cabezo de los Pinos



 EL CABEZO DE LOS PINOS “ALCORNOCOSO


El cabezo de los pinos
es un cabezo famoso,
antiguamente llamado
el cabezo “Alcornocoso”.

Del bosque mediterráneo
de este cabezo importante,
el recio y viejo alcornoque
era especie dominante.

También existían olivos,
que cuando yo era chaval,
quedaban todavía algunos
moteados en el pinar.

Este cabezo está lleno
de pozos y galerías
de cortas y otros trabajos
propios de la minería.

La madera de alcornoque,
la empleaban los romanos
para fortificaciones
y herramientas de trabajo.

El trabajo de minería
que hay por sitios muy diversos
son más bien ratonerías
para sacar manganeso.

Esta explotación minera,
se llamaba el “ratoneo”,
y su medio de transporte
el antiguo “mochileo”.

Ese soberbio pinar,
que cubre esta serranía
hará como ochenta años
lo sembró la Compañía.

Desde una edad muy temprana,
empezaban los chiquillos
a trabajar y comenzaban
en lo que eran “los arbolitos”.

Así se formó el pinar
y los bosques de eucaliptos
que podemos contemplar
sembrados por esos niños.

Rodeando a ese pinar,
hay como a media ladera,
una senda o un camino
que es como una carretera.

Esta senda es frecuentada
por muchísimos vecinos,
donde con frecuencia dan
sus paseos vespertinos.

Desde este paseo se ve
un hermoso panorama,
la fundición de la Mora
es lo que le da más fama.

El dique y los Cerrejones
desde allí también se ven
y la Sierra San Cristóbal
que está allá en Almonaster.

El barranco Martín Gómez
que el paisaje decora,
y el Vejer y el Becerrero
donde hay sepulturas moras.

¡Cuantas veces habré dado
solo o con algún vecino
toda la vuelta completa
al cabezo de los pinos!

Y cuantas veces también,
yo colmé mis aficiones
de llenar un buen canasto
de sabrosos rebollones.

Bajando de este cabezo
por la ladera del norte
llegamos a un manantial
que el Chorro lleva por nombre.

Allí las familias iban
con cántaros y piporros
para tener en sus casas
agua fresquita del chorro.

Existía otro manantial
unos metros más arriba,
que unas veces tenía agua
y otras veces no tenía.

Las noticias que yo tengo
es que está ya abandonado
porque por falta de uso
está ya en muy mal estado.

Por la ladera del sur
se extiende la población,
donde viven los mineros
como en la piña al piñón.

Y en esa misma ladera
casi llegando a la cima
las casas de los Ingleses
el panorama dominan.

En lo alto del cabezo
una tosca carretera,
la culmina de tal modo
que le sirve de montera.

Si miramos a Levante
vemos un extenso llano
donde se encuentra un depósito
con agua que es del pantano.

A este depósito llega
el agua, en forma de tromba
que desde el dique se impulsa
con una potente bomba.

Más abajo del depósito
hay una depuradora,
que con su funcionamiento
algo a las aguas mejora.

Desde esta depuradora,
las tuberías pertinentes
a toda la población
llevan el agua corriente.

Poco me queda decir
de las cosas del cabezo,
en la parte de poniente
había cipreses y cedros.

Cipreses todavía hay
pero los cedros murieron,
por alguna enfermedad
ellos desaparecieron.

Estos árboles están
cercanos a ese paraje
que todos reconocemos
con el nombre del Forraje.

También tengo que decir
a mis amigos mineros,
que junto a la depuradora
también se crían gurumelos.

No se me ocurre decir
más cosas de este cabezo,
si hay algo que sea importantes
perdonadme; no me acuerdo.

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