Fuente del hornillo

Fuente del hornillo

agosto 09, 2022

Fuente del hornillo

Antiguamente la gente

Entre los pueblos vecinos

Se desplazaban andando

Recorriendo los caminos

Existía una carretera

Entre Calañas y la Zarza

Por dónde iban los calañeses

Qué en la mina trabajaban

Y a lo largo del camino

Muchas veces se encontraban

Con zarceños que algún trámite

Iban a hacer a Calañas

Cerca de la media legua

Los caminantes paraban

A beber agua de un pozo

Qué frescamente manaba

El Hornillo era otra fuente

Más cerca ya de Calañas

Que tenía un amplio pilar

Dónde las bestias abrevaban

Con un chorrito contínuo

La fuente el agua manaba

Y el pilar la recogía

Y en su seno la guardaba

Los labriegos con sus bestias

Al atardecer paraban

Para que los animales

Bebieran y su sed calmaran

Sentados junto a la fuente

La gente allí descansada

Bebían un poco de agua

Y el camino retomaban

Se cuenta como de broma

Y puede que sea verdad

Que la gente de Calañas

Son un poquito "agarrá"

Un zarceño tenía sed

Y le pidió el pobrecillo

Agua a una mujer, qué le dijo

¿ no has pasao por el hornillo?

Comentarios

A TI, AMIGO LECTOR

Este pequeño trabajo literario que acabo de escribir a mis ochenta y tres años, es fruto de los recuerdos de mi niñez y juventud, que mantengo de mi querido pueblo: La Zarza. He pretendido narrar en sencillos versos lugares, edificios, sociedades y costumbres, que antes existían en nuestro recordado lugar de nacimiento. Es verdad que cuando nos hacemos viejos, fluyen más claramente los recuerdos, que falsamente creíamos olvidados. Por eso, aprovechando este momento de vulgar inspiración, he decidido imprimirlos, por si alguien quiere recordar leyendas, la vida de nuestro pueblo, con sus costumbres, fiestas, trabajos y carencias. No pretendo otra cosa con este trabajo, que mantener vivos esos recuerdos y que las nuevas generaciones de La Zarza sepan apreciar el mérito de sus mayores, que los han formado sacrificándose para que ellos tengan una vida mejor. Cuan distinta es la vida de entonces, a la vida de ahora ¿Verdad? Pero no crean, que entonces no teníamos momentos felices, pues nos divertíamos, con nuestros juegos de la infancia, muchos más bonitos, “creo yo”, que los que nos puede dar el ordenador o consola. En la juventud también éramos felices con nuestras fiestas, la Velada, el carnaval, los pirulitos, etc. Los mayores, a pesar de lo dura que era la vida, también eran felices, cuando conseguían abastecer a su prole con alimentos, calzado y ropa no lujosa, pero necesaria. Yo pienso, que generaciones anteriores a la mía, tuvieron que pasarlo peor, pues había más escasez de medios, trabajo más duro, y más dependencia de las Empresas explotadoras. No quiero, que estas sencillas palabras mías, sirvan para otra cosa, que para que no se olviden nunca las “cosas” de mi pueblo. Gracias, a los que me lean, y ojalá saquen algún provecho de esta pequeña y sencilla obra, escrita y guiada más con el corazón que con la cabeza. FRANCISCO PÁEZ Romero