Agencia Tributaria

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agosto 08, 2022

Agencia Tributaria

Cuándo llega el mes de mayo

Espero con impaciencia

Al correo, a ver si me trae

Al fin, el borrador de hacienda

Hoy estamos a diez y siete

Y acabo de recibirlo

Quiero ver el resultado

Y por eso voy a abrirlo

Lo he repasado muy bien

Y he comprobado los datos

Que ajustan perfectamente

A lo que había calculado

Me ha salido negativo,

Me tienen que devolver,

Y ya he firmado el conforme

Lo mismo que mi mujer

Por tanto, el día diez y ocho

Lo voy a llevar al banco

Para que me lo tramiten

Y luego poder cobrarlo

Han ido pasando días

Y estamos a fin de mayo

Y el dinero todavía

A mi cuenta no ha llegado

No creo que ahora me repliquen

Que falta algún requisito

O me pongan otras pegas

¡con lo que lo necesito!

Mi familia que me ve

Algo nervioso e inquieto

Me dice que me sosiegue

Que ya llegará el momento

Qué hay que saber esperar

Y que hay que tener cordura

Y no pensar en desmanes

Que la cosa está segura

Que hay muchos contribuyentes

Y las cosas de palacio

Como bien dice el refrán

Van despacio, van despacio

Comentarios

A TI, AMIGO LECTOR

Este pequeño trabajo literario que acabo de escribir a mis ochenta y tres años, es fruto de los recuerdos de mi niñez y juventud, que mantengo de mi querido pueblo: La Zarza. He pretendido narrar en sencillos versos lugares, edificios, sociedades y costumbres, que antes existían en nuestro recordado lugar de nacimiento. Es verdad que cuando nos hacemos viejos, fluyen más claramente los recuerdos, que falsamente creíamos olvidados. Por eso, aprovechando este momento de vulgar inspiración, he decidido imprimirlos, por si alguien quiere recordar leyendas, la vida de nuestro pueblo, con sus costumbres, fiestas, trabajos y carencias. No pretendo otra cosa con este trabajo, que mantener vivos esos recuerdos y que las nuevas generaciones de La Zarza sepan apreciar el mérito de sus mayores, que los han formado sacrificándose para que ellos tengan una vida mejor. Cuan distinta es la vida de entonces, a la vida de ahora ¿Verdad? Pero no crean, que entonces no teníamos momentos felices, pues nos divertíamos, con nuestros juegos de la infancia, muchos más bonitos, “creo yo”, que los que nos puede dar el ordenador o consola. En la juventud también éramos felices con nuestras fiestas, la Velada, el carnaval, los pirulitos, etc. Los mayores, a pesar de lo dura que era la vida, también eran felices, cuando conseguían abastecer a su prole con alimentos, calzado y ropa no lujosa, pero necesaria. Yo pienso, que generaciones anteriores a la mía, tuvieron que pasarlo peor, pues había más escasez de medios, trabajo más duro, y más dependencia de las Empresas explotadoras. No quiero, que estas sencillas palabras mías, sirvan para otra cosa, que para que no se olviden nunca las “cosas” de mi pueblo. Gracias, a los que me lean, y ojalá saquen algún provecho de esta pequeña y sencilla obra, escrita y guiada más con el corazón que con la cabeza. FRANCISCO PÁEZ Romero