EL PASEO
EL PASEO
Por donde hoy está el paseo
En la mina de la Zarza,
Pasaba hasta la carretera
Que llegaba hasta la plaza.
Como no había otro paseo
Por allí se paseaba,
Y cuando venía algún coche
Todo el mundo se apartaba.
En aquellas circunstancias
La cosa tenía su morbo,
Pues a su paso algún coche
Te llenaba todo de polvo.
Menos mal que por entonces
Sólo había en la población,
Que yo recuerde ahora mismo,
Un coche y un camión.
El camión en cuestión
Era el de la cooperativa,
Que traía de la estación
Las distintas mercancías.
El coche, de la estación
También solía proceder,
Que traía algún viajero
Que había venido en el tren.
Como se sabía la hora
En que solían pasar,
Con ese cuidado ya
Salíamos a pasear.
Y cuando sonaba el claxon
Del coche o del camión,
Todo el mundo se apartaba
Cuando mas lejos mejor.
En invierno no había polvo,
Pero existían grandes charcos,
Si el coche te salpicaba
Te ponías que dabas asco.
El verano con el polvo,
Y con los charcos el invierno,
Si no tuvieras cuidado
Te estropeaban el terno.
Por lo demás el paseo
Era un sitio apetecible,
Tenías que pasarlo bien
De una manera posible.
Había puestos de chucherías,
De altramuces y avellanas,
De helados en el verano,
Y en el invierno castañas.
Unas castañas tostadas
Que te costaban diez céntimos,
Las ofrecías declarándote
A la mujer de tus sueños.
A otras se les pretendía
Con piropos rebuscados,
En los que tu reflejabas
Que estabas enamorado.
Y a las que te rechazaban
Dabas con todas tus ganas
Por detrás un pelotazo
Con pelota de badana.
Así pasaba la tarde,
Con ingenuos procederes,
Los chicos jugando a hombres
Y las chicas a mujeres.
Pero también es verdad
Que de algunas tentativas,
Se formaban compromisos
Que duran toda la vida.
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