EL ECO

 


EL ECO


Salí al campo y di una voz,

y el campo me contestó

y quise saber quién era

él que a mí me remedó.


Busqué por montes y valles

y cañadas y collados,

y no encontré dueño alguno

de la voz que había sonado.


Al poco tiempo probé

de nuevo, una vez o dos

y otra vez volví a escuchar

el remedo de mi voz.


Tanto me preocupó

que cuando a casa llegué

busqué a mi abuelo que siempre

me escucha con interés.


Le conté lo sucedido,

me escuchó con atención,

y no tardó dos minutos

en darme la solución:


"Si te sucede otra vez

no te pares a buscar

al dueño de aquella voz

porque no lo encontrarás.


El dueño de aquella voz

es el eco, y tú sabrás

que el eco no tiene cuerpo

y no se puede encontrar".


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL GURUMELERO

Mi pueblo, mis amigos

La Zarza