EL BALÓN

 


EL BALÓN


He presenciado un partido

de primera división

y he visto los sufrimientos

por los que pasa el balón.


Al principio todo va

de forma que se soporta:

el árbitro con cariño

en sus brazos lo transporta.


Lo lleva al centro del campo

y lo pone sobre el punto

hasta que empiece el partido

que juegan los dos conjuntos.


Todo el mundo está pendiente

de cuando empiece el partido,

que se inicia en el momento

que el árbitro da un pitido.


Y enseguida que el pitido

ha salido del silbato

le lanzan una patada

que lo dejan turulato.


Luego un jugador lo lleva

con suaves pataditas,

pero un jugador contrario

le entra a ver si se lo quita.


Y se produce una lucha

entre ambos jugadores

y al balón pisan y estrujan

y lo llenan de dolores.


Uno le da de tacón,

otros le dan de bolea

y la gente, entusiasmada,

les aplauden y jadean.


Y cuando está magullado

y repleto de rasguños

el portero, sin piedad,

lo rechaza con los puños.


Hay un jugador que entra

con los tacos por delante

y el contrario lo recibe

de una forma semejante.


Pero el balón está en medio

y recibe tal impacto

que cualquiera en su lugar

hubiera muerto en el acto.


A los noventa minutos

el partido ha terminado,

ya el balón descansará

de los golpes que le han dado.


Unos aplauden contentos

a los hombres de su equipo,

otros insultan al árbitro

diciéndole que es un "tipo".


Casi siempre el visitante

es el que pierde el partido

los hinchas, cabreados,

se arrepienten de haber ido.


Pero ya nadie se acuerda

de cómo estará el balón

pero de que está hecho polvo

él sí tiene la impresión.


Con un partido termina

su vida profesional

pues ya sólo, alguna veces,

lo sacan para entrenar.

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